¡Gracias por visitar este blog !

Si querés podés convertirte en un seguidor para saber cada vez que se publica una novedad y también hacernos llegar cualquier cosa interesante que ande pasando en Buenos Aires para que la incluyamos.

jueves, 28 de mayo de 2009

Literatura: Reseña sobre Lo bello y lo triste para Revista Teatro Colón

Lo bello y lo triste

Yasunari Kawabata

Booket, junio 2008



La instancia clave e ineludible de cualquier composición musical es el tiempo y en este caso, la literatura de Kawabata nos permite reflexionar y disfrutar con un uso particular del mismo.


Dos párrafos le bastan a Kawabata para detener el tiempo cotidiano y comenzar su narración. La historia de LO BELLO Y LO TRISTE comienza en un tren, símbolo occidental asociado significativamente al progreso y la velocidad desde la modernidad del siglo XIX. Pero Kawabata lo toma para contrarrestar el movimiento de la máquina con la quietud y la soledad del personaje central del maduro escritor y padre de familia, Oki Toshio.

Lo bello y lo triste, traducción literal del título original, es una novela de Kawabata Yasunari, el primer novelista japonés ganador del premio Nobel de Literatura (en 1968, tres años antes de decidir quitarse la vida inhalando gas). Nacido en Osaka en 1899 y licenciado en Literatura japonesa e inglesa en la Universidad de Tokio, escribió una serie de novelas entre las que destacan además de la mencionada, "El sonido de la montaña", "Mil grullas" y "El maestro de go".

El pacto que asume el lector al comenzar esta novela es el de ruptura de los tiempos acelerados de las grandes ciudades, de la propia cotidianeidad. Es quizás comparable a escuchar una obra de Morton Feldman, en donde el tiempo parece detenerse y aún así, avanza de manera irreversible, encadenándose a partir de pequeños detalles. Si bien las de Kawabata no son novelas largas en cantidad de hojas ni en tiempo real que recorren (no suelen exceder el año o dos a lo sumo de relato), es conveniente y casi necesario tomarse todo el tiempo que requieran para leerlas y degustarlas poco a poco.

"El tiempo pasó. Pero el tiempo se divide en muchas corrientes. Como en un río, hay una corriente central rápida en algunos sectores y lenta, hasta inmóvil, en otros. El tiempo cósmico es igual para todos, pero el tiempo humano difiere con cada persona. El tiempo corre de la misma manera para todos los seres humanos; pero todo ser humano flota de distinta manera en el tiempo." dice el autor.

Así, cada campanada, hoja de árbol, lago, despiertan una sucesión de imágenes en los protagonistas: un viaje, un recuerdo, un tiempo que quisiera volver, pero ya ha pasado. Es necesario dejarse llevar por esta manera de entender a los personajes y la realidad que los rodea. Para Kawabata hay una relación de mutua necesidad entre ambos, como elementos complementarios e íntimamente relacionados. De esta forma, los personajes muchas veces se describen "indirectamente" según nuestra cosmovisión, hablando del paisaje. Y aún así, sorprende constatar cómo el brillo de una hoja o el color del mar, puedan movilizarnos y hacernos entrar en el clima exacto de lo que experimentan en un momento determinado la joven Keiko o la bella Otoko. Erróneamente podríamos hablar de un reflejo en la naturaleza de lo que sienten los personajes. La relación hombre - naturaleza es aquí indisoluble, aunque quizás nos cueste aprehenderlo de manera total, luego de tantos siglos de racionalidad occidental.

Kawabata nos propone darnos un tiempo para compartir la belleza y la tristeza que puede tener la observación de un jardín de rocas, la duración que logran las flores de diente de león frente a otras hierbas o el reflejo de sol en unas hojas de bambú. Leerlo es por supuesto una experiencia estética pero también, como la escucha de cualquier buena música, un recorrido espiritual.

Por Lic. Brenda Sabina Berstein, reseña sobre “Lo bello y lo triste” de Yasunari Kawabata publicada en Revista Teatro Colón (mayo/junio 2009)

No hay comentarios: